El Imperio Recargado (Descargar Libro)

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Socialist Register 2005
Leo Panitch. Colin Leys. [Editores]

Revista.

ISSN 987-1183-30-5

CLACSO. http://www.clacso.org.ar/

Buenos Aires. Noviembre de 2005

 

«El Imperio Recargado» presenta ensayos sobre la dinámica interna del capitalismo global liderado por Estados Unidos (EUA), las redes financieras y culturales que aglutinan al imperio, y el impacto del nuevo imperialismo en todo el mundo, desde Rusia y China a África, el sudeste asiático, Europa occidental y América Latina. Este volumen, que complementa a la edición 2004 de la Socialist Register, «El nuevo desafío imperial», que fuera record de ventas, plantea las siguientes preguntas: ¿Es el modelo de capitalismo de EUA estable, o está atravesado por agudas contradicciones? ¿Se están volviendo realidad en Estados Unidos los horrores imaginados por Huxley y Orwell? ¿Cómo dirige y disciplina el Estado norteamericano al sistema financiero global? ¿Cuál es la significación del creciente déficit en la balanza de pagos de EUA? ¿Es el dominio de las finanzas en la economía de EUA un signo de debilidad, o de fortaleza? ¿Es la Unión Europea un modelo superior de capitalismo, o incluso un rival potencial? ¿Es el «espíritu de Bandung» una fórmula válida para el movimiento anti-globalización, o se presta a la cooptación por parte de las elites en el Sur? ¿Podrían las «burguesías nacionales» del Sur encabezar proyectos para el desarrollo democrático a nivel nacional? ¿Cómo se organiza en la actualidad la producción global de alimentos? ¿Es sustentable? ¿Cuál es el rol de la industria de los medios de comunicación de EUA, y de Hollywood, en la promoción y articulación de la supremacía norteamericana? 

Esta, la edición número 41 del Socialist Register, acompaña al enormemente exitoso volumen de 2004 titulado «El nuevo desafío imperial». Originariamente planeados como un único volumen que pronto demostró ser demasiado extenso, ambos ahora forman un par complementario. «El nuevo desafío imperial» versó sobre la naturaleza toda del nuevo orden imperial –cómo comprenderlo y explicarlo, cuáles son sus fortalezas y debilidades. «El imperio recargado» completa esta idea con un análisis de las finanzas, la cultura y el modo en que el nuevo imperialismo está penetrando importantes regiones del mundo– Asia Menor, Sudeste asiático, India, China, África, América Latina, Rusia, Europa.

Ambos volúmenes están unidos por algunos temas distintivos. Todos los ensayos ven al capitalismo globalizado y al imperialismo de Estados Unidos (EUA) como las dos dimensiones de un único fenómeno –un punto claramente explicitado en la visión general ofrecida por el ensayo de Stephen Gill en el actual volumen. Todos reconocen que lo que más distingue a la supremacía de EUA en el nuevo orden imperial no es su poder militar y de vigilancia, enorme por cierto, sino la penetración en los estados, en las economías y en los órdenes sociales de los otros principales países capitalistas por parte del estado norteamericano, sus corporaciones y sus principios. Los colaboradores difieren, sin embargo, en varias cuestiones. Una es hasta qué punto persiste la rivalidad inter-imperial en el nuevo orden global. Otra esel grado en el cual la economía de EUA y la estructura financiera global liderada por este son estables. Los ensayos de Paul Cammack sobre América Latina y de Boris Kagarlitsky sobre Rusia sugieren que existe una significativa competencia y rivalidad entre EUA y Europa, y que esto implica serias restricciones a la supremacía de EUA. Los artículos de Leo Panitch, Sam Gindin y Christopher Rude sugieren que tanto la economía global dominada por EUA como sus estructuras financieras son inherentemente fuertes y están articuladas de manera eficiente a una jerarquía financiera global en cuya estabilidad todos los principales estados capitalistas y sus clases dirigentes tienen una participación colectiva crucial.

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Breve diccionario de tópicos para salir de la crisis

Albert Recio

Mientras tanto electrónico

 

 

Ante la ausencia de respuestas reales a los problemas planteados a la humanidad, los ideólogos y comentaristas económicos persisten en reiterar una serie de palabras mágicas que, según ellos, nos sacarían de la crisis. En tiempos prevacacionales y tras un trimestre en que este comentarista ha tenido la mente entretenida en otros luctuosos menesteres (por fortuna sin pérdida de vidas humanas), al plantearse su cita mensual con el MT digital no le queda otra idea que repasar algunos de los tópicos que un día sí y otro también se presentan como respuestas adecuadas a la crisis. Como pasos de un libro de instrucciones que por nuestro empeño en no seguirlo nos mantienen en el marasmo del paro masivo y la incertidumbre permanente. Se trata de ideas fuerza que han desarrollado los principales think tanks capitalistas, que han recibido una cierta cobertura académica y que han penetrado también en el pensamiento de las propias víctimas. Sin duda un pensamiento hegemónico que, en mi modesta opinión, dificulta más que ayuda a encontrar soluciones. Lógicamente uno no tiene respuestas para todo, sólo el atrevimiento de plantear algunas reflexiones críticas.

Capital humano y calificación. El «mantra» que siempre obtiene mayor aceptación social. El único que suele poner de acuerdo desde al Fondo Monetario Internacional a la izquierda radical. La formación se ve como una cuestión neutra, cuanto más mejor. Si una empresa tiene poca rentabilidad, si un país tiene problemas, es por su baja productividad, su bajo valor añadido. Y la receta básica es aumentar la formación.

Es cierto que para producir, y para cualquier cosa de la vida, hay que aprender. Pero cada actividad requiere su propio proceso de aprendizaje y hay conocimientos que son enormemente valiosos para el bienestar humano, para la participación social, para el enriquecimiento cultural y que no son necesariamente funcionales a las lógicas de la empresa privada. Del mismo modo que la misma medición del valor de lo que cada uno produce no es independiente del marco jerárquico, de las normas de evaluación a las que cada uno se aplica. Por poner un ejemplo que conozco: la evaluación de la producción científica tiende a realizarse cada vez en función de la cantidad de artículos que se publican, del tipo de publicaciones (quien establece la jerarquía de publicaciones está definiendo «el valor») y del orden en el que se firma un artículo. No es raro encontrar casos donde ser director de equipo conduce automáticamente a mejorar el número de publicaciones y la posición en la firma. Este tipo de consideraciones valen para el mundo en general. El valor añadido de las empresas expresa tanto su eficiencia como el lugar de la cadena productiva que ocupan: las empresas que ocupan posiciones centrales (como las ensambladoras de coches o las grandes cadenas comerciales) están en condiciones de mejorar su posición relativa sobre el resto de empresas que cooperan en la realización de su producto social. No es casualidad que los dos hombres más ricos de España según el ranking de la revista Bloomberg sean los propietarios de dos empresas situadas en el núcleo central de una extensa cadena productiva (Amancio Ortega de Inditex/Zara e Isaac Andic de Mango). Cuando se realizan comparaciones internacionales se advierte fácilmente que una cuestión es la formación requerida para llevar a cabo una actividad y otra el mecanismo de reconocimiento de la cualificación. Este último depende del modelo institucional específico de cada país, de qué papel juega la certificación de conocimiento, de cómo se organiza el específico mercado laboral de cada profesión (como saben bien las mujeres cuyos nichos de empleo son a menudo considerados poco calificados como justificación de bajos salarios).

Tener una población más culta es sin duda bueno. Formar a las personas en actividades concretas también. Pero pensar en una relación completa educación-productividad es discutible: el crecimiento de las desigualdades en las últimas décadas se ha dado en un período de expansión de la educación y de aumento de la inseguridad económica global.

Competitividad. Palabra mágica. Punto de referencia de todas las propuestas económicas. Ha penetrado incluso en algunos discursos de movimientos sociales (como en las propuestas de la Plataforma a favor de la Reforma de la Diagonal de la que doy información en otra sección de este boletín). No es extraño que ocurra en una sociedad donde el deporte ha alcanzado un desproporcionado papel de espectáculo y movilización social. Sobre la idea de competencia, de lucha, de carrera promocional, de éxito y fracaso se construye una buena parte del planteamiento vital de las capas medias, al menos de los sectores profesionales, de las personas educadas. Forma parte también del punto de vista empresarial, del modelo institucional de la empresa capitalista pensada ella misma como un «equipo» que compite por una cuota de mercado. Pero vista con otras perspectivas no resulta tan claro que ésta sea una buena línea de respuesta social.

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La economía de EE.UU. y China: Capitalismo, clase y crisis (Texto Pdf)

Martin Hart-Landsberg

Monthly Review

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La economía de EE.UU. está en mal estado y la gente, lógicamente, busca soluciones. Muchos, animados por medios de comunicación y los políticos, creen que las políticas comerciales de China son las principales responsables de la decadencia estructural de nuestra economía y que para la recuperación será necesario, sobre todo, presionar al gobierno chino para poner en práctica una «liberación del mercado», unos cambios de política que consigan el equilibrio en la relación comercial con China.

A pesar de su popularidad, este enfoque de Estado-nación en relación con la comprensión de la dinámica de la relación Estados Unidos-China es seriamente defectuoso. Anima a la gente a ver los problemas industriales de los EE.UU., falsamente, como el resultado de un enfrentamiento entre China y los Estados Unidos, en el que el gobierno chino ha aumentado el bienestar de sus ciudadanos a costa de EE.UU., a través de prácticas «desleales». Como consecuencia, conduce a recomendaciones de políticas contraproducentes.

En este trabajo, que ofrece un enfoque alternativo a la comprensión de la relación comercial con China, hago un análisis basado en la clase (global) de la dinámica capitalista. Esto lleva, como es lógico, a percepciones económicas y desafíos políticos muy diferentes. Por ejemplo, se pone de manifiesto que la amenaza a la actividad manufacturera en Estados Unidos no viene de China, sino de la explotación de un sistema transnacional de empresas en el que China sirve como plataforma de montaje final de la producción regional.

También revela que, mientras el capital transnacional y las elites en China se han beneficiado de este sistema, los trabajadores chinos han pagado un alto precio; de hecho, la experiencia de los trabajadores chinos puede servir para poner de manifiesto las mismas consecuencias negativas para los trabajadores de los Estados Unidos. También explica por qué los chinos y los gobiernos de EE.UU. han respondido a la actual crisis mundial con estrategias diseñadas para mantener el statu quo, a pesar de los efectos negativos de esta decisión en los trabajadores. En resumen, mi análisis revela que es el capitalismo, no la competencia entre China y los Estados Unidos, la fuente de nuestros problemas económicos. Nuestro desafío, entonces, que es brevemente una conclusión, es basarse en las ideas anteriores para desarrollar una estrategia capaz de iluminar y de impugnar la lógica destructiva del capitalismo; una tarea que pone a los trabajadores de EE.UU. en solidaridad, en lugar de en competencia, con los trabajadores chinos. El argumento del «Estado-Nación»

Los que argumentan que los problemas de EE.UU. le deben mucho a la estrategia de crecimiento de China tienden a razonar como sigue: las políticas estatales chinas han transformado al país en una potencia exportadora, con el mercado de EE.UU. como principal objetivo. Inicialmente, las exportaciones chinas fueron predominantemente de mano de obra intensiva, productos de baja tecnología, como textiles y zapatos. Sin embargo, a partir de mediados de la década de 1990, China, también se convirtió en un importante exportador de mayor valor añadido, productos de alta tecnología como computadoras, teléfonos celulares y otros electrónicos de consumo. Como señala el Business Week, esto está lejos de un desarrollo «normal».

Estados Unidos ha sobrevivido a las olas de importación anteriores de Japón, Corea del Sur y México. Y ha vivido con China durante dos decenios. Pero algo muy diferente está sucediendo. La suposición ha sido que los EE.UU. y otras naciones industrializadas se mantendrían líderes en las industrias intensivas del conocimiento, mientras que las naciones en desarrollo se centrarían en los sectores de baja mano de obra. Esto ahora es objeto de debate. «Lo que es asombroso acerca de China es que por primera vez tenemos un enorme y pobre país que puede competir tanto con salarios muy bajos y en la alta tecnología», dice el economista de la Universidad de Harvard Richard B. Freeman. «Al combinar los dos, Estados Unidos tiene un problema». (1) 

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Haití: ¿una cifra o una realidad histórica?

ALAI net
 

José Luis Patrona

Quienes ya recorrieron el territorio haitiano saben que el vudú (woudou) es una práctica religiosa presente en gran parte de la población. Sobre todo entre los campesinos, la cultura es muy fuerte. Como se trata de una cultura religiosa existen grandes misterios sobre lo que realmente pasa en las ceremonias y celebraciones. Sin embargo, tras año y medio por aquellas tierras logré verificar que, como religión, el vudú tiene sus ventajas y desventajas en lo que se refiere a la liberación y la formación de la conciencia de los haitianos. El vudú, o cualquier otra religión, no necesariamente utiliza la mentira como su práctica. Es la gente la que cree voluntariamente en lo que se dice o en lo que se hace.

Los números presentados en la reunión de Nueva York como base del Plan de Reconstrucción de Haití no son mentirosos. Se ha anunciado una cifra de 5.300 millones de dólares. Los Estados Unidos y la Unión Europea se presentan como los más importantes donantes. El presidente haitiano, René García Preval, oía los números algo desconfiado. Él sabe que los números no mienten, pero engañan.

Los números presentados por Ban Ki-Moon son verdaderos y reales. La mayoría de los presentes en la reunión se calló frente a las bonitas cifras y las perspectivas de reconstrucción de un país ya en ruinas muchos años antes del terremoto del 12 de enero. Se presentan el Banco Mundial y el FMI como grandes coordinadores del gran presupuesto que se llevará a cabo con la importante ayuda de Bill Clinton y de Jorge Bush.

La cifra de 5 mil 300 millones de dólares no miente sino que oculta una cifra tan importante respecto a ella. En efecto, la mayoría de los participantes en la reunión de Nueva York se olvidó que la ocupación militar que se estableció en Haití después del 2004 ha necesitado más de 3 mil 600 millones de dólares para sostenerse. Al mismo tiempo, los bonitos números presentados no revelan el cálculo completo. Los trece mil soldados norteamericanos enviados a Haití después del terremoto consumen un presupuesto superior a 468 millones de dólares por año solamente en sueldo personal, al mismo tiempo que el incremento de 3500 personas en el cuerpo de la MINUSTAH tras el terremoto sube su presupuesto en 126 millones de dólares anuales solamente en sueldo.

Por otra parte, los presentadores del plan de reconstrucción no comentaron que Haití tiene una deuda externa superior a 1 mil 300 millones de dólares contraída hace décadas y cobrada mensualmente por los mismos entes que van coordinar el plan de ayuda.

El costo de un soldado de rango inferior desplegado para servicios militares en Haití, según los mismos soldados, llega a 3 mil dólares mensuales de sueldo. Mientras que el sueldo mínimo haitiano es de 60 dólares mensuales. Un soldado que sale de cualquier parte del mundo recibe por mes el equivalente a 4 años de trabajo de un haitiano que vive con un sueldo mínimo. Eso significa que el sueldo pagado a un soldado durante un año, 36.000 dólares, es igual a 50 años de trabajo de un haitiano.

El pequeño cálculo realizado en el párrafo anterior comprueba que los números pueden engañar. La mayoría de los participantes en la reunión de Nueva York no comentó sobre la forma de pago de este nuevo préstamo del que Haití se va a beneficiar. Ni siquiera el propio René Preval. ¿Quién va a pagar a las muchas empresas norteamericanas articuladas por Jorge Bush que ya están contratadas y designadas para actuar en distintas zonas del país destruido? No hay una empresa que trabaje sin ser bien remunerada. Préstamo es préstamo y Haití tendrá que pagar, a pesar de estar pagando desde hace tiempo, una deuda que no es suya.

Los entes encargados de la reconstrucción de Haití son los mismos que impusieron los más grandes ajustes a la economía haitiana en los últimos años, golpeando duramente todos los servicios públicos como salud, construcción de rutas y escuelas. Los mismos que aplastaron a la economía agrícola, donde vive el 70% de la población, con los acuerdos de libre comercio están ahí. Los mismos entes que mensualmente cobran una deuda vergonzosa, ahora vuelven al escenario mundial como los héroes de una batalla contra la pobreza. Pero fueron ellos quienes llevaron la pobreza a Haití.

La reunión de Nueva York presentó unos números al mundo como si fuera un cálculo matemático exacto sin riesgo a errores. 5 mil 300 millones de dólares. Cuba y Venezuela han sido las voces contrarias a la arbitrariedad de la matemática de los números reales pero engañosos. Cinco mil trescientos millones de dólares es una mentira disfrazada de la obviedad de la ciencia exacta. Están golpeando a Haití con la cruel espada financiera. Están golpeando al mundo al decir que las cifras son exactas.

Que los espíritus de Capóis La Mort, Trussaint Louverture, Alexander Petion, Henri Kristophe y Jean Jacques Dessalines despierten la conciencia internacional y sobre todo del pueblo haitiano, para que nos levantemos contra tanta crueldad y mentira.

Los números no mienten, pero a veces engañan.

– José Luis Patrola es profesor de Historia, miembro del MST y coordinador de la brigada de cooperación entre La Vía Campesina de Brasil y organizaciones campesinas de Haití.

http://alainet.org/

Cuba y México ante el espejo

Marco Rascón

La Jornada

Por definición, ninguna revolución es repetible. Pero, para un sector de los marxistas mexicanos, costó mucho aprenderlo; el elemento unificador era, a fin de cuentas, la búsqueda de una sociedad justa, representada por un Estado que evolucionara para favorecer la igualdad, el humanismo, el derecho de todos. Hoy, para algunos de entonces, la renuncia a estos postulados es consigna.

En esos debates y pensando en avanzar se atravesó el concepto de «la lucha por la democracia» en medio de una sociedad económicamente injusta. Era ésa nuestra particularidad bajo el sistema corporativo y clientelar, pero nunca un modelo imperial a imponer a otros.

En poco tiempo la izquierda abandonó también la lucha por la democracia, por el poder sin adjetivos. Ganaron el pragmatismo y el oportunismo; por ello, el viejo régimen está de vuelta ante la ineficiencia de sus aprendices de la derecha y la izquierda. Hoy, lo moderno no es el fondo, sino sólo actuar en la superficie, asociando la democracia con sus insultos de forma, ya que hay una coincidencia de fondo, que convierte el supuesto pluralismo en una democracia vacía al servicio de la oligarquía y sus monopolios.

En este México estable, aunque enfermo crónico, han surgido los defensores de la «democracia en otro país» y se abrazan causas como la de los cubanos blancos contra Cuba, ante la ineptitud de defender la democracia bajo las condiciones de nuestro propio país.

El debate sobre Cuba es profundamente ideológico, pues si analizamos uno a uno los renglones entre ambos países, resulta el nuestro con una cola larga que nos acerca más a la obra estadunidense en Haití, pero nos aleja de la obra de la revolución cubana.

Si lo vemos desde el punto de vista de la salud, en ningún aspecto –ni en el de la niñez ni en el preventivo ni en el de los derechos de la tercera edad ni de las mujeres ni en el hospitalario ni en el de la investigación científica– podríamos compararnos.

Si es en el aspecto educativo, ¿qué quieren comparar nuestros demócratas? Es mejor que ni lo intenten, no sólo con respecto a la educación formal, sino en el sentido comunitario, cultural, forjador de pensamiento crítico. Hay en Cuba, en todo caso, una de las «dictaduras» más extrañas, que se esfuerzan por dar todo tipo de educación y cultura a sus habitantes para que sean libres. Un cubano promedio sabe por la educación oficial más sobre la revolución francesa, estadunidense, mexicana e industrial que un mexicano a la edad que gusten comparar.

La alimentación en Cuba es de un país pobre, con proteínas y diversidad escasa y controlada. Una parte es de hábitos culturales, otra es de condiciones del bloqueo comercial. Sin embargo, los más pobres de Cuba, como antes los más pobres de México que comían sólo frijoles, chile, agua de frutas y tortillas, tienen una alimentación mejor que la de nuestros pobres de hoy a base de churrumáis, sopas Maruchan, refrescos (gasto de 170 mil millones de pesos al año). ¿De qué nos sirve tener «todo»?

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Chile: El estilo de la derecha. Privilegiando al gran empresariado e ignorando las comunidades regionales y locales

Argenpress info

Pablo Monje – Reyes

Hace unos días nos informamos por la prensa que el gobierno de la derecha, mediante una circular del Ministerio del Interior, daba a conocer la implementación del programa «Manos a la Obra». Tres grandes y conocidas empresas del rubro del retail de la construcción fueron designadas directamente como proveedoras, para surtir de insumos a los municipios afectados por el terremoto y tsunami del pasado 27 de febrero.

La polémica se inició poniendo en duda la legitimidad de la transacción sin licitación pública. Esto se despejó a la brevedad, pues nuestro ordenamiento jurídico permite al Estado realizar contratos directos de aprovisionamiento en estado de catástrofe.

Sin embargo, que la medida sea jurídicamente válida no significa que sea adecuada en términos socio – políticos, principalmente por tres razones. Primero, la reconstrucción de las regiones afectadas no consiste sólo en levantar y reparar las casas. Consiste también en levantar las economías regionales y locales, que perdieron su dinamismo por la catástrofe. Segundo, la medida privilegia la concentración de la riqueza y del poder, e incrementa las desigualdades sociales, indicadores en los que Chile es top ten en el mundo. Quizás después del terremoto subiremos algunos puntos en el ranking mundial de desigualdad. Por último, la medida deja instalada la duda sistemática y permanente ¿las decisiones del gobierno velan por los intereses de las comunidades regionales y locales, o son la oportunidad para privilegiar a los grandes grupos empresariales?

Desde el punto de vista de las dinámicas de desarrollo regional y local, esta medida es simplemente nefasta. ¿Por qué? Primero, las economías regionales y locales no se podrán dinamizar, ya que participarán marginalmente de la asignación (de hecho, no tendrían participación alguna si no fuera por la denuncia en los medios de comunicación). Segundo, la medida privilegia los grandes contratos de abastecimiento, dejando de lado las cadenas productivas regionales y locales, que generan empleo y utilizan insumos regionales y locales. Por último, el margen de ganancia de estas transacciones por abastecimiento no vuelve a las regiones y localidades, porque se materializa en las contabilidades nacionales de estas grandes empresas.

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Argentina: Conspiraciones contra la nueva Ley de Medios

Natalia Brite*

surysur net

 

La nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), sancionada con amplia mayoría parlamentaria el 10 de octubre de 2009, es bloqueada en forma sistemática por el Poder Judicial, que, en forma descarada, responde al lobby del Grupo Clarín, el mayor multimedios del país, y de las fuerzas más conservadoras del arco político opositor.

La última perlita de «sus señorías» –muchas de las más activas contra el Ejecutivo, públicas defensoras del terrorismo de Estado- fue el fallo conocido la semana pasada de la Cámara Federal de Mendoza, ratificando una decisión de primera instancia que dispuso la suspensión de esa ley, objetivo de las corporaciones mediáticas que pretenden impedir la aplicación de una norma democratizadora del espacio radioeléctrico.

Por eso los diarios, las radios y los canales de TV de Clarín salieron en los últimos días a difundir con bombos y platillos la flamante disposición tribunalicia, con la misma enjundia que silencian la investigación sobre crímenes de lesa humanidad en la que está involucrada la principal accionista de la empresa, Ernestina Herrera de Noble (tema también tratado en esta edición de APM).

La nueva ley (26.522) reemplazó a la 22.285, Ley de Radiodifusión que llevaba la firma del ex dictador Jorge Rafael Videla, condenado por crímenes tan horrendos como los que se le sospechan a Ernestina Herrera de Noble. No parece casual que, mientras con una norma de la dictadura el Grupo Clarín se hacía poderoso, su titular número uno adoptara niños apropiados por los torturadores de esa misma dictadura, tras asesinar a sus padres en cautiverio. Seguir leyendo «Argentina: Conspiraciones contra la nueva Ley de Medios»

Más tropas para cuidar la frontera México EE.UU.

David Brooks

La jornada/Página 12

En un año electoral, el militarismo de los gobernadores está nutriendo la ya de por sí agresiva retórica contra los inmigrantes indocumentados y la violencia en México. Con un solo asesinato en la frontera de Arizona está en jaque todo el elegante discurso de «cooperación bilateral» entre Estados Unidos y México, al intensificarse los llamados para continuar la militarización de la línea divisoria. Ahora, todos los gobernadores de los estados fronterizos con México, con excepción de California, han solicitado que el gobierno federal envíe tropas de la Guardia Nacional y más agentes federales, después de la muerte de un prominente ranchero esta semana, y la creciente e incesante ola de violencia al otro lado de la frontera, la cual recientemente incluyó dos víctimas estadounidenses ligadas al consulado de este país en Ciudad Juárez.

El gobernador de Nuevo México, el demócrata Bill Richardson, uno de los políticos latinos de mayor perfil en este país, ordenó el envío de tropas de la Guardia Nacional a su frontera después del asesinato del ranchero Robert Krentz, cometido el pasado sábado. Pese a que el rancho en que fue perpetrado el crimen está en Arizona, se ubica en la frontera con Nuevo México, y la víctima fue miembro de la Asociación de Rancheros de Nuevo México. Seguir leyendo «Más tropas para cuidar la frontera México EE.UU.»

La tercera etapa de la Gran Crisis: Grecia está en todas partes

Michael R. Krätke

sinpermiso.info

A la sombra de la crisis financiera, florece sobre todo en Europa el negocio con la deuda pública. Pues los Estados son los mejores deudores que le quepa desear a un acreedor. A la crisis bancaria y financiera no tardó en seguir, como era previsible, la crisis económica mundial. Y a ambas viene a sumarse ahora la crisis de las finanzas públicas, tercera etapa de la Gran Crisis. Deuda, culpa y expiación, una lucha pugnaz: los ciudadanos de a pie deben subvenir al generoso rescate de los bancos. Las deudas públicas aceleradamente acrecidas se usan a modo de varapalo para inculcar esta lógica. Algunos pequeños pueblos –los islandeses en el Norte, los griegos en el Sur— se avilantan a resistir el absurdo dominante y se niegan a pagar por la crisis. De la noche a la mañana, las deudas de terceros se han convertido en problema de todos.

De acuerdo con las últimas cifras del FMI, cinco de los Estados del G-8 tienen un déficit público superior al 100% del PIB, con Japón (200%) a la cabeza. Alemania y Canadá se hallan hasta ahora por debajo del umbral del 100%; los miembros de la EU España, Portugal, Italia y Grecia, rayanos en, o aun por encima de, ese límite. Nunca antes en tiempos de paz había subido de manera tan extrema el déficit público en los países capitalistas desarrollados como ha ocurrido desde el comienzo de la crisis financiera mundial a finales de 2007.

Sólo en 2009, los títulos de obligaciones emitidos por la República Federal Alemana crecieron hasta alcanzar la cifra de 1 billón 692 mil millones de euros. Sólo en 1995 –cuando de verdad se hicieron sentir por primera vez los costes de la reunificación— había sido mayor el salto de la deuda pública alemana. En los países de la OCDE, el nivel promedio de los déficits públicos ha llegado a alcanzar entretanto un 80% del PIB, y en pocos años podría llegar a rebasar de manera generalizada la marca del 100%. Grecia está en todas partes.

Más de 8 billones de euros

Los economistas se hallan inveteradamente divididos en materia de deuda pública. Un Estado que contrae demasiado poca deuda pública, malbarata el futuro; un Estado con demasiados acreedores, arruina la economía nacional. En Alemania, como en todos los países gobernados por neoliberales, impera de concierto el dogma, según el cual las deudas públicas son un mal en y por sí mismas, llevan a la inflación, a una fiscalidad exorbitante y a la bancarrota del Estado. Se intenta hacer olvidar, contando para ello con todo el poder de los medios de comunicación, la conexión entre crisis financiera, rescate bancario y explosión de la deuda pública. En cambio, se entona la cantilena del ahorro y los recortes con el estribillo del «Estado social incosteable».

No hay razón para el pánico. Ningún Estado europeo tiene que ir a la quiebra. Tampoco los griegos deben devolver esos casi 300 mil millones de euros (cerca de un 130% de su PIB), sino que deben limitarse a la refinanciación regular, esto es: a ir substituyendo regularmente las viejas deudas por deuda nueva. Propiamente, eso no debería representar el menor problema. El Estado, dotado de monopolio fiscal y monetario, es con diferencia el mejor deudor. A diferencia de los grandes bancos, sólo puede quebrar cuando toda la economía nacional está arruinada. Pero, a pesar de la crisis, eso no puede ocurrir en ningún lugar de la Unión Europea.

Por doquiera crecen las deudas de los Estados, cada vez se coloca más deuda pública en unos mercados financieros, por lo general, ávidos de comprarla, incluso con ganancias de cotización, porque los empréstitos ofrecidos están, y por mucho, sobresuscritos. Ni siquiera Grecia tuvo problemas a comienzos de año para colocar en los mercados financieros el triple de deuda. En el conjunto de la UE, se emitieron en 2008 más de 650 mil millones de euros de deuda pública; en 2009 fueron ya más de 900 mil millones, y en 2010, según las estimaciones más prudentes, se rebasará el 1,1 billón de euros. El conjunto de los Estados de la UE tienen ya más de 8 billones de euros inscritos el Debe. Los EEUU vienen a acompañarnos con más de 2,3 billones de dólares de deuda pública fresca. El negocio con los títulos de deuda pública florece como nunca. ¿Por qué, pues, la inquietud en los mercados financieros? ¿A qué la repentina preocupación por las deudas de Grecia, Italia, España, Portugal o Irlanda? ¿De qué el miedo a una bancarrota pública en la que, manifiestamente, los mercados financieros creen menos que nadie? Ahora como antes, los paquetes de deuda pública griega, española y portuguesa se compran como panecillos recién salidos del horno, son tan deseados como los títulos públicos alemanes. Naturalmente, con jugosos cargos por riesgo, lo que hace harto más rentable el negocio con esos paquetes.

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