Rubén Armendáriz
Rebelión

Lectura recomendada: La verdad sumergida
En primer lugar el gobierno del presidente Mauricio Macri deberá explicar a la población y al Congreso por qué estaban militares y científicos de la estadounidense Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) desde la segunda quincena de octubre y por qué llegaron a Ushuaia buques el 31 de ese mes, lo que es absolutamente ilegal. También debe explicar si ya estaban haciendo maniobras naves estadounidenses de la Cuarta Flota y otras que habían participado recientemente en Chile de un simulacro de desaparición y hundimiento de un submarino. Si en función de la búsqueda del ARA San Juan, Estados Unidos, que envió aviones Galaxy, estaría instalando una base militar y otra de control de ensayos nucleares en Tierra del Fuego, la llamada isla del fin del mundo, más despoblada ahora al cerrarse en los pasados dos años las fuentes de trabajo.
Dolor y mucha furia fue la reacción de los desesperados familiares de los 44 tripulantes del submarino argentino ARA San Juan, que desapareció en el Atlántico sur en la mañana del 15 de noviembre, cuando un jefe de la Marina utilizando un lenguaje científico les comunicó sobre un evento violento, singular, anómalo, corto y no nuclear consistente con una explosión.
Para los familiares de los 44 tripulantes la explicación sonó a burla, ya que la tragedia se resumía en una corta frase: el sumergible explotó. Y de allí los gritos y los insultos que no dejaron que se acabara de leer el informe en la base naval de Mar del Plata revelaron un profundo descontento que iba mucho más allá de esta tragedia, describe la periodista Stella Calloni.
El dato trascendental acercado a la Armada por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares confirmó las peores presunciones: el ARA San Juan sufrió un evento cataclísmico en plena navegación hacia Mar del Plata, a unas 30 millas náuticas al nornoreste de su último punto de contacto radiofónico, a más de 400 kilómetros de la costa patagónica, frente al golfo San Jorge. Seguir leyendo «Un submarino que explotó, tropas extranjeras, bronca y furia en la Argentina» →
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