La nueva economía política de la inmigración

Tom Barry

ojocodigobarra
Los ataques terroristas del 11 de septiembre alteraron de forma drástica la economía política tradicional de la inmigración. Los millones de inmigrantes indocumentados-aquellos que cruzaron ilegalmente la frontera o se quedaron después del vencimiento de sus visas-que estaban viviendo y trabajando en los Estados Unidos ya no se consideraban simplemente como una población fantasma o como mano de obra barata excedente.

En el debate público y político, los inmigrantes cada vez más eran definidos como amenazas a la seguridad de la nación. La categorización de los inmigrantes como amenazas a la seguridad nacional les brindó una nueva lógica unificadora a las operaciones gubernamentales tambaleantes que hacen cumplir las leyes de inmigración y de control de las fronteras, lo cual ha impulsado hacia adelante la represión de los inmigrantes.

La responsabilidad por la ejecución de las leyes de inmigración y el control de fronteras pasó del Departamento de Justicia al nuevo Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés). En el Congreso de EE.UU., tanto los demócratas como los republicanos apoyaron sin reparos una gran expansión del aparato de control de la inmigración del país-doblando el número de agentes de la Patrulla Fronteriza y autorizando la triplicación de camas en las cárceles para los inmigrantes.

Hoy día, después del cambio en el debate de inmigración, el presupuesto de más de $15 mil millones de DHS para los asuntos de inmigración ha alimentado una economía de represión de inmigrantes que ha fomentado grandemente la ya inflada industria penitenciaria. Incluso ahora, con la implosión de la economía, los inmigrantes se encuentran detrás de una de las industrias más rentables del país: son el sector de más rápido crecimiento en la nación de la población penitenciaria de EE.UU.

A través del país se están construyendo nuevas cárceles a toda prisa para albergar a los cientos de miles de inmigrantes capturados cada año. Los gobiernos estatales y locales están compitiendo entre sí para atraer a nuevas cárceles para inmigrantes como el elemento central de sus planes rurales de «desarrollo económico».

Mientras que DHS está echando a los inmigrantes de sus trabajos y hogares, las empresas estadounidenses dedicadas al negocio del suministro de camas en las cárceles están engulléndose de ganancias financieras a raíz de la represión de inmigrantes. Aunque es sólo un aspecto de la historia más abarcadora de la inmigración, todo es parte de la nueva economía política de la inmigración.

Gente peligrosa

En el nuevo contexto de seguridad nacional, los inmigrantes indocumentados no son sólo bandidos: Son «personas peligrosas» que amenazan a la patria.

Los dos organismos del DHS que participan en hacer cumplir las leyes de inmigración-la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) y Protección de Aduanas y Fronteras (CBP por sus siglas en inglés)-han experimentado aumentos en sus fondos de forma desproporcionada en los últimos años, duplicando su tamaño mientras que el total de los fondos del DHS se ha incrementado por sólo un tercio. La financiación de estos dos organismos aumentará por 19,1% en el 2009, mientras que el presupuesto global de DHS aumentará por sólo 6,8%. La caza de inmigrantes se ha convertido en una de las prioridades principales del DHS. Como dice el DHS, su misión es «prevenir los ataques terroristas contra la nación y proteger a nuestra nación de personas peligrosas».

Los inmigrantes atrapados en las operaciones de captura del DHS, en las redadas policiacas en los lugares de trabajo y por las patrullas fronterizas, fueron los «indicadores de éxito» que el Secretario del DHS Michael Chertoff señaló en su testimonio ante el Congreso el 18 de julio de 2008. Utilizó el aumento dramático en el número de aprehensiones y los «traslados» de inmigrantes como índice para mostrar que el DHS está teniendo éxito en su objetivo de «asegurar la patria y proteger al pueblo estadounidense».

Si bien el aumento del número de inmigrantes siendo arrestados, encarcelados y deportados claramente demuestra que el DHS está ocupado, no demuestran que el DHS está poniendo fin al terrorismo. Ni en sus testimonios ante el Congreso ni en sus comunicados de prensa el DHS jamás presenta pruebas que demuestran cómo el número de inmigrantes capturados mejora la seguridad nacional.

Un estudio realizado en el 2007 por el Centro de Acceso a Documentos Transnacionales (TRAC por sus siglas en inglés) de la Universidad de Syracuse encontró que no ha ocurrido ningún aumento en el terrorismo o en los cargos relacionados a la seguridad nacional en contra de los inmigrantes desde el 2001. De hecho, a pesar del aumento en las operaciones policiacas de Seguridad Nacional, más inmigrantes fueron acusados anualmente en los tribunales de inmigración de delitos relacionados con la seguridad nacional o el terrorismo en un período de tres años a mediados de la década del 90 (1994-96) que en un período comparable (2004-2006) desde el 11 de septiembre. Según el estudio del TRAC, «Una década más tarde, se entablaron cargos de seguridad nacional en contra de 114 personas, una disminución de alrededor de un tercio. Mientras tanto, para el mismo período, los cargos de terrorismo han disminuido por más de tres cuartos, con sólo 12».

Imponer el «régimen de la ley»

En vez de tratar la inmigración como la problemática socioeconómica compleja que es, DHS ha reducido la política de la inmigración a un sistema de crimen y castigo. Al aplicar la lógica simplista de derecho y orden propagada por aquellos con miopía política, DHS considera a los inmigrantes indocumentados no como trabajadores, miembros de la comunidad y madres y padres de familia, sino como delincuentes.

Dejándose llevar por las posturas de los institutos en contra de la inmigración y de las organizaciones asesoras de derecha, Chertoff llegó a DHS con una nueva interpretación de las operaciones del departamento en cuanto a la inmigración y el control de las fronteras: Un compromiso con un régimen normativo estricto para proteger al país en contra de terroristas extranjeros, y para reafirmar el «régimen de la ley».

En el periodo después del 11 de septiembre, el campamento miope se dio cuenta de que el mensaje en sus comunicados sobre la «ilegalidad» y «criminalidad» de los inmigrantes indocumentados adquirió una nueva resonancia. Procedieron a hacer más sofisticado el mensaje de «¿qué es lo que no entiendes acerca de ilegal?» con una mayor elaboración conceptual de la inmigración indocumentada. Los inmigrantes indocumentados ahora representaban una amenaza al «régimen de la ley» dentro de una nación que acababa de ser atacada por bandidos extranjeros.

Su nuevo lenguaje sobre la política de inmigración empezó a surgir por todas partes, desde los pronunciamientos de los grupos de derechos de inmigrantes hasta la plataforma del Partido Demócrata. En lugar de prometer una «vía merecida para obtener la ciudadanía», como lo había hecho en el pasado, el partido declaró que los inmigrantes indocumentados tendrían que «enderezarse con la ley».

De cara al futuro, Janet Napolitano, quien ha sustituido a Chertoff a instancias del Presidente Obama, aunque no es una mano dura en contra de la inmigración, parece estar dispuesta a adoptar la misma lógica de la ley y el orden. Como abogada, ex fiscal federal y gobernadora de Arizona que ha insistido en más control en las fronteras y respaldó una ley vigorosa de sanciones a empleadores, se puede esperar que Napolitano siga el ejemplo de Chertoff y el Partido Demócrata en insistir que las leyes actuales de inmigración sean aplicadas estrictamente «para reafirmar el régimen de la ley».

Los números de la detención de inmigrantes en EE.UU.
Inmigrantes agarrados por DHS en el 2007: 960.756
Detenciones por ICE ese mismo año: 311.169
Aumento en las detenciones desde el 2006: 21%
Presupuesto de DHS para la seguridad fronteriza & las fuerzas policiacas de inmigración: $12,14 miles de millones
Aumento por encima del presupuesto del 2008: 19%
Cambios desde que Bush asumió el poder: aumento de más del 150%
Dinero para las operaciones penitenciarias de ICE: $1.8 miles de millones
Número de nuevas «camas» que esto proporcionará: 1,000
Número total camas de ICE en el 2009: 33.400
Cuota promedio per diem para la detención de inmigrantes que se le paga a compañías privadas penitenciarias: $87.99
Fuentes: «Immigration Enforcement Actions: 2007,» Annual Report, Department of the Homeland Security Office of Immigration Statistics, December 2008; «DHS Announces $12.14 Billion for Border Security & Immigration Efforts,» Department of Homeland Security, January 2008; Leslie Berenstein, «Detention Dollars,» The San Diego Union Tribune, May 2008; «Summary: 2009 Homeland Security Appropriations» Committee on Appropriations, September 2008.

Los inmigrantes son un negocio

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La Doctrina del shock: Sobre el libro (y video)

Ediciones Paidós

 

 

 Descargar Libro Klein, Naomi: La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre.

Paidós, 1ra. Ed. Argentina. 2008.

Tomado de: http://www.katari.org/

La  aclamada autora de No Logo, explora la historia no oficial del libre mercado. Una de las obras más importantes de 2007, en las listas de más vendidos de Estados Unidos, Canadá, Italia, Alemania y España. Una obra imprescindible del siglo XXI

«Un libro ambicioso donde Klein explora los pasados 50 años de historia económica y la eclosión del fundamentalista libre mercado en todo el mundo.»

The New York Times

«Hay pocos libros que nos ayuden a entender el presente. La doctrina del shock es uno de ellos.»

John Gray, The Guardian

La doctrina del shock es la historia no oficial del libre mercado. Desde Chile hasta Rusia, desde Sudáfrica hasta Canadá la implantación del libre mercado responde a un programa de ingeniería social y económica que Naomi Klein identifica como «capitalismo del desastre».

Tras una investigación de cuatro años, Klein explora el mito según el cual el mercado libre y global triunfó democráticamente, y que el capitalismo sin restricciones va de la mano de la democracia. Por el contrario, Klein sostiene que ese capitalismo utiliza constantemente la violencia, el choque, y pone al descubierto los hilos que mueven las marionetas tras los acontecimientos más críticos de las últimas cuatro décadas.

Klein demuestra que el capitalismo emplea constantemente la violencia, el terrorismo contra el individuo y la sociedad. Lejos de ser el camino hacia la libertad, se aprovecha de las crisis para introducir impopulares medidas de choque económico, a menudo acompañadas de otras forma de shock no tan metafóricas: el golpe de la prra de los policías, las torturas con electroshocks o la picana en las celdas de las cárceles.

En este relato apasionante, narrado con pulso firme, Klein repasa la historia mundial reciente (de la dictadura de Pinochet a la reconstrucción de Beirut; del Katrina al tsunami; del 11-S al 11-M, para dar la palabra a un único protagonista: las diezmadas poblaciones civiles sometidas a la voracidad despiadada de los nuevos dueños del mundo, el conglomerado industrial, comercial y gubernamental para quien los desastres, las guerras y la inseguridad del ciudadano son el siniestro combustible de la economía del shock.

« Naomi Klein denuncia la estafa de las políticas económicas de la Escuela de Chicago y su conexión con el caos y el derramamiento de sangre por todo el mundo. Éste es un libro tan importante que se convertirá en un catalizador y un punto de inflexión en el movimiento por la justicia económica y social.»

Tim Robbins, actor y director de cine

« Apasionado, maravillosamente polémico y terrible como el infierno.»

John Le Carré

« Naomi Klein ha escrito un libro brillante, terrible y valiente. Es la historia secreta de lo que conocemos como “libre mercado” y debería ser la lectura obligatoria.»

Arundhati Roy, autora de El dios de las pequeñas cosas.

« Naomi Klein es Antífona antes que Rey, el antídoto contra el asesinato como una política económica. Nos reta a no participar en el club suicida que permite el canibalismo corporativo. Un triunfo espectacular.»

John Cusack, autor y director de cine.

La muy oportuna «descomposición» del Estado mexicano, pretexto para militarizar y recrudecer la represión gubernamental

Adán Salgado Andrade

En el excelente libro “The shock doctrine” de la periodista Naomi Klein, se plantea la tesis central de que en todo el mundo la instauración de brutales medidas económicas y de control social que sólo han favorecido, y continúan favoreciendo, al capitalismo salvaje, se ha facilitado cuando concurren eventos tan catastróficos y graves, que son capaces de poner en “shock” a todo el sistema y que en consecuencia merecen un tratamiento de “shock” acorde a la “dramática” situación.

Por ejemplo, eso pasó cuando el 11 de septiembre del 2001 fueron derribadas las torres gemelas de la ciudad de Nueva York, debido a un muy sospechoso atentado de la organización terrorista Al Qaeda comandada por el (¿escurridizo?) Obama Bin Laden. Fue suficiente para que el gobierno de Bush, en aquel entonces, pretextando una crisis nacional, iniciara su famosa “guerra contra el terrorismo”, la cual, si no se hacía, advirtió, podría ocasionar que “eventos terroristas” tales como el de las torres gemelas, pudieran repetirse y toda la estabilidad de EEUU se colapsara y se viniera abajo. Y tan efectivo fue esa especie de psicótico miedo que se indujo en la mayor parte de los estadounidenses (he conocido gente de ese país que se dice progresista y demócrata, que, sin objetar nada, estuvo de acuerdo con la subsecuentes invasiones a Afganistán y a Irak por motivos de “seguridad nacional”), que aceptaron sin titubeos que se implantaran medidas que inclusive atentaban contra los derechos humanos y las libertades básicas de todos los estadounidenses. Se implementaron ilegales cuestiones que permitían a agencias como el FBI o la CIA espiar telefónicamente a sospechosos, se consideraban “terroristas” a personas que tuvieran descendencia o fueran árabes, se investigaba en las escuelas a profesores y/o alumnos que estuvieran estudiando árabe o interesados en esa cultura, se “invitaba” a la ciudadanía a “denunciar” a cualquier persona que tuviera actividades “raras”, se detenía ilegalmente a cuanto extranjero ingresara o estuviera viviendo en ese país… y muchas otras arbitrariedades que la agencia que se formó especialmente para tal efecto, el “Department of Homeland Security”, coordinó, sin menoscabo de violar abiertamente las libertades civiles y de actuar el gobierno ilegal y hasta fascistamente (además, fue tan efectiva la psicosis creada, que a la fecha varios “patriotas” ciudadanos, voluntariamente se dedican a “cazar” terroristas a través del Internet. Aprenden árabe para hacerse pasar por árabes, ya que continúa el estigma de seguir considerando a dicha nacionalidad como “terrorista”, y espían a organizaciones y ciudadanos árabes con tal de “descubrir” planes para futuros atentados “terroristas”. Ver mi trabajo en Internet “Los aficionados antiterroristas o de cómo se sigue extendiendo la paranoia ‘antiterrorista’ ”). Pero además la “guerra contra el terrorismo” ha sido un excelente negocio desde entonces por los miles de millones de dólares que EEUU y el resto del mundo, obligado por aquél, han gastado para tenernos “más seguros” (ver mi trabajo en Internet “La amenaza terrorista: El nuevo gran negocio para la industria del miedo”).

Los tratamientos de “shock” también se han aplicado cuando se producen fuertes crisis económicas, tales como las que se achacaron a los estados de economía mixta (keynesianos), quienes a finales de los años setenta y principios de los ochenta, aún se guiaban bajo ese esquema, y que comenzaron a experimentar recurrentes problemas económicos (aunque nunca tan graves como los que actualmente se viven, producto de un desregulado, descontrolado y salvaje capitalismo, al que se dejó actuar a sus anchas durante los últimos treinta años). Dichas crisis en realidad no fueron producto de la participación del estado en la economía, sino que se deben al carácter inherentemente crítico y recesivo del sistema capitalista, pero así se hizo ver. Los problemas derivados de dichas crisis, tales como altísimas inflaciones (de mil por ciento o más, o sea, que un artículo podía subir hasta diez veces su valor en sólo un año), además de fuertes deudas externas (las que se debieron a préstamos de bancos extranjeros, con gran ánimo de obtener buenas ganancias), provocaron en la población de tales países (especialmente de la región latinoamericana), una gran preocupación, acompañada de angustias y miedos y una creciente inseguridad económica, pues todo subía inclementemente, menos sus salarios, además de que en cualquier momento podían ser despedidos. Y se debe señalar, como analiza Naomi Klein en su mencionado libro, que esas crisis e inestabilidades financieras, la mayoría fueron heredadas de las dictaduras militares, sobre todo en Latinoamérica, que fueron infames, violentas, asesinas y autoritarias formas de imposición política (muy bien planeadas y vigiladas por Estados Unidos, la CIA y sus corporaciones), que defendieron solamente los intereses de las empresas y corporaciones extranjeras establecidas en esos países, y de las clases capitalistas “nacionales” ligadas a aquéllas, todo lo cual dio lugar a brutales experimentos económicos, que lo único que provocaron fue una mayor concentración de la riqueza en unas cuantas manos, generalizada pobreza poblacional (los miles de latinoamericanos que se sumaban a los niveles de pauperización, semana a semana, eran dramáticos), niveles de desempleo nunca antes vistos, altísimos niveles de corrupción gubernamental que se alimentaron justamente de los préstamos internacionales, excesivos gastos en compras de armas para que pudieran los militares reprimir sobradamente a sus aterrorizados ciudadanos mientras hacían sus “experimentos económicos”, subsidios y “estímulos fiscales” a las empresas “nacionales” y extranjeras… y otros ilegales saqueos cometidos por aquéllos corruptos, genocidas militares, en contubernio con las mencionadas corporaciones, factores que, en conjunto, fueron las causas que dieron lugar a las abultadas deudas externas mencionadas antes (las que se incrementaron aún más cuando los bancos extranjeros, muy estratégicamente, aumentaron sus tasas de interés a 15% o más, con tal de preparar las condiciones para aplicar los planes de “shock” para “resolver los problemas económicos de las economías emergentes”).

Así que terminadas las dictaduras militares y sus horrores (que más que a la resistencia social, se debieron a que su promotor y patrocinador, el gobierno estadounidense, se percató de que ni habían funcionado como “experimento económico” para resolver las recurrentes crisis económicas, y además estaba saliéndole muy caro seguir sosteniendo a los corruptos, genocidas militares), habiendo hecho la transición a regímenes “democráticamente electos”, los ciudadanos de esos países, por lo menos tenían ya, de acuerdo con la demagogia gubernamental, asegurada su “libertad política”. Pero ante las fuertes crisis e inestabilidades económicas heredadas del pasado (algo que por aquellos años constituía un cotidiano “azote” para la gente, eran las altas tasas de inflación mencionadas arriba, que pulverizaban en una semana el salario del trabajador y cuanto aumento se le otorgara), cualquier receta que bajara antes que nada tan altos índices inflacionarios y “corrigiera” el rumbo económico, era digamos que resignadamente bienvenida por toda la gente, aunque eso requiriera “grandes sacrificios”, sobre todo entre la mayoría de la pauperizada población (en México, por ejemplo, eso comenzó a implantarse en el sexenio de Miguel de la Madrid y aún se recuerdan la cantidad de cierres de empresas públicas o que se vendieron, los masivos despidos de trabajadores a que ello tuvo lugar, el alza generalizada de precios de combustibles, de electricidad, de servicios… las restricciones laborales… pero, efectivamente, la gente estaba resignada pues entendía o se les “hizo entender” que era “por su bien”). Eso posibilitó a los barones del dinero y a las corporaciones, la imposición de extremas “medidas correctivas”, a través, sobre todo, del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario internacional (FMI), con tal de “aliviar” los problemas económicos (el FMI y el BM, desde entonces, son simples organismos al servicio de las potencias dominantes, las del G-7 más Rusia, encargados de aplicar disciplinaria y draconianamente las recetas administrativas que beneficien no a los países que pretenden “rescatar”, sino a las globales corporaciones industriales y financieras, las pertenecientes justo a esos países dominantes). La exigencia para que tales agencias (al servicio del capitalismo central, como dije), era que el estado vendiera la mayoría de sus empresas públicas, suprimiera sus barreras proteccionistas para alentar el “libre mercado” y disminuyera sus gastos sociales. Esto implanta a nivel mundial al así llamado neoliberalismo, que, como se ve, en lugar de resolver las crisis, las ha agudizado aún más, como sucede con la actual recesión mundial que estamos experimentando, considerada de las peores desde la crisis de 1929.

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Colombia: Se destapan más crisis en el gobierno de Uribe Vélez

Apolinar Díaz – Callejas

 

 

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La crisis del organismo de seguridad más importante de Colombia, el DAS, ha seguido golpeando la marcha de esa institución y puesto al descubierto toda clase de irregularidades cometidas especialmente bajo el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez.

 

El diario liberal El Espectador de primero de marzo de este año publicó que: “Seis días antes de que se cumplieran los 52 años del DAS, uno de los escándalos más grandes que empezaba a desdibujar la imagen del organismo de inteligencia del Estado, se consolidó con la salida de su director, Jorge Aurelio Noguera Cotes”. El hecho ocurrió el 25 de octubre de 2.005, luego de un fuerte enfrentamiento del Director Noguera Cotes y el Subdirector José Miguel Narváez, que permitió que el país supiera que el DAS había sido infiltrado por los paramilitares.

 

Como consecuencia de esos hechos el director del organismo Noguera Cotes ha estado preso.

 

Dice El Espectador que un grupo de ex militares y civiles entraba y salía del organismo impartiendo órdenes, y agrega que en la tras escena los ilegales esperaban su turno para adueñarse del poder absoluto. El DAS se volcó a rastrear a cuanto escenario y personalidades les parecían significativos, como consecuencia del atentado terrorista en el club El Nogal, de Bogotá, de 17 de febrero de 2003, en que murieron 36 personas y quedaron alrededor de 200 heridos.

 

Todo este proceso de degradación y corrupción en el DAS ocurrió bajo la presidencia de Uribe Vélez. Una de las acusaciones formuladas en la opinión pública fue la de que todo esto causaba tremendos traumatismos gubernamentales y generaba inseguridad en la población.

 

Años después, en el segundo mandato presidencial de Álvaro Uribe Vélez quien se hizo reelegir quebrantando las normas constitucionales que hizo modificar para su beneficio, se ha presentado la crisis más profunda del DAS y de la seguridad nacional en Colombia, que el Presidente Uribe Vélez maneja a su capricho. Actualmente la crisis del DAS ha tomado rumbos inéditos, abriendo campo a pugnas entre militares y policía por el control de la inteligencia.

 

Toda esta crisis coincide con la de la empresa petrolera colombiana, Ecopetrol, en la que el gobierno de Uribe abrió las puertas a capitales extranjeros, que ha llevado a la necesidad urgente de que Ecopetrol modernice las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja, con una inversión de 5.000 millones de dólares. La política petrolera del presidente Uribe abrió el campo a inversiones extranjeras que están en las causas de la crisis actual y ante la necesidad de construir y modernizar nuevas refinerías en Cartagena y Barrancabermeja. Esto en consecuencia del empeño de Uribe Vélez de entregar a empresas privadas extranjeras y nacionales el manejo de la industria petrolera y de otras actividades económicas.

 

A su vez, el costo de vida y el desempleo han llevado ya a niveles no vistos en más de 5 años antes: el desempleo en enero de este año ya se elevó al 14.2 %; el empleo formal bajó en 58.000 puestos en el último trimestre del 2008. A la vez, que se incrementó a 93.000 personas el número de trabajadores informales. Se prevé claramente la desaceleración de la economía y la pérdida de empleos podría aumentar espectacularmente (El Tiempo, Bogotá, febrero 28 de 2009, p.14).

 

El monstruoso empeño del presidente Uribe Vélez de privatizar la economía colombiana y abrirle campo fácil al capital extranjero para apoderarse de ella, han dado lugar a que Colombia se incorpore a la lista de países dependientes y subdesarrollados con una crisis social en ascenso. Todo esto, obviamente, se expresa en la vertiginosa militarización del país, en el crecimiento de la violencia y crímenes sociales y políticos y en el desconcierto de la opinión pública.

 

El Movimiento de alianzas políticas que ha organizado el presidente Uribe Vélez para su propio beneficio está llevando a una intensificación de la atmósfera de angustia y crisis en la población pobre colombiana.

 

Al tiempo, el gobierno de Uribe Vélez ha adoptado una política de guerra sucia que afecta a la república del Ecuador, tratando de trasladar a ese país las prácticas represivas colombianas de muchos años.

 

Los movimientos políticos que ha aglutinado el presidente en torno suyo, comienzan a padecer las consecuencias del autoritarismo gubernamental y de la crisis social. La violencia y crímenes en las diversas regiones del país han tomado mucha fuerza, pero los periódicos de circulación nacional no registran esos hechos.

 

Como ya el próximo año debe ser elegido el presidente que reemplace a Uribe Vélez, la tensión política, el incremento de la violencia, el desempleo y la ruina de pequeñas y medianas empresas nacionales, solo ofrecen para Colombia un panorama de crisis económica, social y política, y de incremento de la violencia estatal y de la derivada de las acciones crecientes de paramilitares y narcotraficantes.

 

 

Argenpress.info

 

Escher : Biografia breve (y Video)

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Maurits Cornelis Escher o M.C Escher o Escher el holandes nació el 17 de junio de 1898 en Leeuwarden (Países Bajos), siendo el hijo más joven de un ingeniero hidráulico. Su profesor F.W. van der Haagen le enseñó la técnica de los grabados en linóleo y fue una gran influencia para el joven Escher.

No fue precisamente un estudiante brillante, y sólo llegó a destacar en las clases de dibujo. En 1919 y bajo presión paterna empieza los estudios de arquitectura en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, estudios que abandonó poco después para pasar como discípulo de un profesor de artes gráficas, Jessurum de Mesquitas. Adquirió unos buenos conocimientos básicos de dibujo, y destacó sobremanera en la técnica de grabado en madera, la cual llegó a dominar con gran maestría.

Entre 1922 y 1935 se traslada a Italia donde realiza diversos bocetos y grabados principalmente de temas paisajísticos. Abandona Italia debido al clima político de aquellas fechas, trasladándose a Suiza, y pasó algunos años allí, cuyo clima le resultó muy desagradable y poco inspirador. Añora el sur de Italia y lo frecuenta repetidas veces. También viaja a España, y en particular a Granada. Visita dos veces la Alhambra, la segunda vez de forma más detenida, copiando numerosos motivos ornamentales. Lo que aprendió allí tendría fuertes influencias en muchos de sus trabajos, especialmente en los relacionados con la partición regular del plano y el uso de patrones que rellenan el espacio sin dejar ningún hueco.

En 1941 se muda a Baarn (Países Bajos), después de una estancia difícil en Bélgica (estamos en plena 2ª Guerra Mundial). Parece que debido al habitual mal tiempo de esa región, donde los días soleados se consideran una bendición, es por lo que abandona los motivos paisajísticos como modelos y se centra más en su propia mente, encontrando en ella una potentísima fuente de inspiración. Hasta 1951 vivió básicamente dependiendo económicamente de sus padres. A partir de entonces fue cuando comenzó a vender sus grabados y obtener un buen dinero por ellos. Esto le permitió vivir sus últimos años con una economía personal excelente. Generalmente hacía copias de las litografías y grabados por encargo. También hizo por encargo diseños de sellos, portadas de libros, y algunas esculturas en marfil y madera. En cierto modo le resulta gratificante y a la vez fácil, y se admiraba de tener en su taller una especie de «máquina de fabricar billetes» reproduciendo sus propias obras. Normalmente no usaba elementos de obras anteriores en las nuevas, excepto en los encargos especiales. Hacía, por ejemplo, esculturas en madera basadas en algunos de sus dibujos, y para algunas peticiones especiales reciclaba parte de las ideas y elementos de obras anteriores.Quizás por ello en este período su producción sea tan fructífera y regular, y sólo se verá interrumpida por la operación que sufrió en 1962, consecuencia de su debilitada salud. En 1969 con 71 años realiza su grabado «Serpientes» donde demuestra sus facultades a pesar de su avanzada edad.

En 1970 se traslada a la Casa Rosa Spier de Laren, al norte de Holanda, donde los artistas podían tener estudio propio. En esa ciudad fallece dos años más tarde, el 27 de marzo de 1972 a la edad de 73 años.

 

Pirataraul

Goebbels y la propaganda del Tercer Reich

 

Arturo Pizá

 

 

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«Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad» 

Paul Joseph Goebbels

1897-1945. Ministro de propaganda del Tercer Reich bajo el mandato de Adolf Hilter.

 

 

La propaganda puede descubrir o encubrir, puede ser confiable o tendenciosa, seria o cínica, racional o emocional. Su fin último es convencer, pero a diferencia de la publicidad que ataca nuestros hábitos de consumo y autoestima, la propaganda compra la totalidad de la conciencia al reafirmar o cambiar nuestra ideología, nuestra identidad. Herramienta o arma, como se quiera, este elemento inevitable de la cultura de masas puede transformar lo inmutable o justificar lo inaceptable… puede atender un problema social o puede defender una teoría que se llevó entre las patas a más de 55 millones de personas.

Difícilmente Adolfo Hitler se hubiera encumbrado de la forma en que lo hizo, sin una maquinaria propagandística bien orquestada. El enano austriaco sabía que tan importante como la campaña de terror desarrollada por Himmler, era la de convencimiento fomentada por Goebbels. Así, la propaganda del Tercer Reich hizo posible un gobierno -fundado en la intimidación- que enalteció a un enclenque y lo disfrazó de dios. El nuevo Atila, gracias a Goebbels, convenció al pueblo alemán para que aprobara (y apoyara) la persecución judía, y para que aceptara con estoicismo la destrucción provocada por la guerra.

Para entender los métodos y alcances de la propaganda nazi, es necesario adentrarse en la historia de su creador, de la mente aguda que sentó las bases para seducir, sugestionar y manipular efectivamente a las masas.

Paul Joseph Goebbels era un tipo chaparro, delgado, de pelo negro y con una pierna más corta que la otra, muy alejado del genotipo ario que tiempo después ensalzó tanto. Ridiculizado y humillado durante su infancia, rechazado por el servicio de reclutamiento para combatir en la Primera Guerra tiempo después, compensó su «deficiencia física» con intelecto. Cínico, inteligente, solitario y radical, juró vengarse… y lo hizo.

Más que nadie, Goebbels fue el responsable de propagar y popularizar las ideas del partido nazi, inclusive antes de que llegara al poder. Con su refinada demagogia no sólo ridiculizó y atacó a sus adversarios, también conquistó a las masas con un plan de medios sumamente novedoso para su tiempo.

En sus diarios alguna vez escribió: «No hay necesidad de dialogar con las masas, los slogans son mucho más efectivos. Éstos actúan en las personas como lo hace el alcohol. La muchedumbre no reacciona como lo haría un hombre, sino como una mujer, sentimental en vez de inteligente. La propaganda es un arte, difícil pero noble, que requiere de genialidad para llevarla a cabo. Los propagandistas más exitosos de la historia han sido Cristo, Mahoma y Buda».

En 1933 los nazis llegaron al poder y Goebbels fue nombrado Ministro de Instrucción para el Público y Propaganda. De esta forma se convirtió en mandamás de la prensa, radio, cine, teatro y virtualmente todas las actividades culturales y científicas del Reich. De ahí en adelante utilizó su inmenso poder y torcida inteligencia para atacar a los supuestos enemigos del sistema y, en plan teleológico, glorificar a la raza aria.

Joseph Goebbels utilizó prácticamente todos los medios a su alcance para darle credibilidad al movimiento nazi, pero no sólo eso, midió consecuencias, tamizó información y teorizó sobre el fenómeno de la comunicación de masas al definir los puntos básicos de la misma: ventajas y desventajas de la información, público, opinión, canal, mensaje, respuesta, etcétera.

Además de marchas, mítines y actos oficiales, las ideas de Goebbels para «purificar el espíritu alemán» llegaron a la población en forma de programas de radio (ej. volksradio), producciones cinematográficas (ej.

«El triunfo de la voluntad» de Leni Riefenstahl), documentales antisemitas y de eutanasia, transmisiones de TV (ej. los Juegos Olímpicos), boletines de prensa y, por supuesto, pósters e impresos.

Bajo el mismo carácter totalitario, el Ministro de Propaganda condenó públicamente libros y textos escritos por judíos, izquierdosos, liberales, pacifistas y extranjeros.

Patrocinó la quema de títulos y el saqueo de librerías «sospechosas»; tan sólo en una noche se chamuscaron 20 mil libros considerados nocivos o inútiles para el pueblo teutón.

Para Goebbels «en la propaganda, como en el amor, todo es permitido para lograr un fin». Prueba de que no se andaba por las ramas fue la exposición de arte moderno llevada a cabo en 1937. La muestra El arte degenerado se anunció como «documentos culturales de la decadencia producida por bolcheviques y judíos». La exhibición incluía pinturas y trabajos confiscados por el Ministerio de Propaganda y pretendía ridiculizar a pintores como Picasso, Kandinsky y Kokoschka al comparar sus obras con cuadros realizados por enfermos mentales.

Durante los primeros años de la Segunda Guerra, de 1939 a 1942, el trabajo de Goebbels fue relativamente fácil. Mantener la moral pública en alto no requería de grandes esfuerzos debido a las exitosas campañas de guerra por parte de los nazis. No fue hasta la segunda parte del conflicto que el «pequeño doctor» probó ser un maestro en eso de moldear la opinión pública. A pesar de los intensos bombardeos y de las ciudades convertidas en ruinas, la propaganda invitó al pueblo alemán a no cejar, a no perder el espíritu e, incluso, a reforzar la confianza en Hitler.

Victoria o destrucción, así podemos definir su postura durante el último capítulo de la guerra. Inventó armas secretas y fortalezas impenetrables para que la gente, aún con una bayoneta entre pecho y espalda, siguiera creyendo en los corrompidos poderes de la svástica.

Al final, con la muerte de Hitler y la inminente llegada de los ejércitos aliados, Goebbels planeó su último acto propagandístico, quizá el más grande, quizá el más aterrador: mandó quemar todos los puentes de Berlín para que sus enemigos, al ocupar la ciudad, se encontraran con un paisaje verdaderamente desolador.

El primero de mayo de 1945, después de envenenar a sus seis hijos, Joseph Goebbels se dio un tiro en la cabeza. Cuentan las malas lenguas que sus últimas palabras fueron: «Seremos recordados por la historia como el máximo legado de todos los tiempos o como los criminales más terribles que el mundo haya conocido».

Algo es claro, al finalizar la guerra tanto los gringos como los rusos no solamente se hicieron de los planos para construir cohetes y aviones a propulsión, también se apoderaron de las ideas de Goebbels para justificar sus respectivas ideologías. Para bien o para mal, la propaganda del Tercer Reich le enseñó a los políticos y agitadores del mundo que más vale una mentira creíble que una verdad inverosímil. 

Rebelión.org – 19/5/2003

Desentrañando el proyecto «uribista»

Fernando Dorado

Popayán, marzo 1 de 2009

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El proyecto político de Uribe está en franco retroceso. Los intereses de las clases dominantes que él representa, han quedado al descubierto, principalmente, por efecto de las explosiones y movilizaciones populares que estallaron en el último semestre/08. Los crímenes de Estado (falsos positivos) que se descubren día a día también desnudan la esencia de la política de “seguridad democrática”, al igual que las evidencias del contubernio con el paramilitarismo y toda clase de corrupción. La crisis financiera y la recesión económica mundial están minando la credibilidad de la fórmula de la “confianza inversionista”.

Este hecho plantea nuevos retos a lasfuerzas democráticas colombianas. Un punto de quiebre está a la vista en la vida política colombiana. Ello exige una nueva actitud. Hasta ahora los partidos de oposición y los movimientos sociales se habían concentrado en desgastar la política uribista. Se requiere, una estrategia política y una propuesta adecuada para enfrentar esta coyuntura.

Para hacerlo es necesario conocer más a fondo el proyecto dominante. Hay que identificar la relación entre ese proyecto y el modelo económico y social que se ha establecido en las últimas décadas en Colombia. Dicho modelo ha asumido una forma particular aprovechando condiciones estructurales históricas. El bloque de las clases dominantes en el poder, incluyendo al imperio norteamericano (y otros “imperios” en formación), utiliza el “uribismo” para instaurar una forma específica de Estado (régimen) que responda a los intereses del gran capital.

¿Cómo ha evolucionado ese proceso? ¿Es importante analizar su desarrollo? Creemos que sí. Intentemos re-construir y re-leer, así sea en forma panorámica, esta etapa de nuestra historia.

Breve recuento histórico

En Colombia se materializó una alianza entre el gran capital internacional, los monopolios nacionales y las mafias de diverso carácter (burocrático, financiero, narco y paramilitar). Esa asociación es el sustento de un capitalismo depredador cimentado en la especulación financiera, la explotación de los recursos naturales y el impulso a una economía agro-exportadora implantada sobre la gran propiedad latifundista. Actualmente ese modelo utiliza el conflicto armado y la economía del narcotráfico como herramienta de intervención territorial, económica, social y cultural.

Por más de 20 años se avanzó en esa dirección. Se despojó de riquezas y territorios no sólo a comunidades campesinas mestizas, negras e indias[1], sino que se apoderó de los principales sectores de la producción y de las empresas construidas por empresarios y trabajadores colombianos.[2] Aunque fue un proceso violento, las clases dominantes mantenían una apariencia de democracia e incluso utilizaron el proceso constituyente de 1991 para legitimar sus acciones. Se pactó el reconocimiento en el papel de numerosos “derechos fundamentales” con la aprobación de una incisiva política acorde con los mandatos del FMI y el BM. Fue una atrevida combinación de “legalismo constitucionalista”[3] con pragmatismo neoliberal.

La resistencia, siempre presente, se acrecentó. Las tensiones políticas y sociales se agudizaron. Amplias movilizaciones y luchas sociales caracterizaron la década del 90 del siglo XX. La insurgencia se desplegó por todo el territorio nacional. La respuesta fue ampliar, fortalecer y legalizar el paramilitarismo. Surgen las Convivir[4] y las fuerzas paramilitares se unifican en las Autodefensas Unidas de Colombia AUC. La economía del narcotráfico termina financiando ambos bandos enfrentados. La guerra se degrada a niveles inimaginables. A finales de siglo (1998) se intenta un proceso de paz que no consigue avanzar por la oposición de quienes se lucran de la guerra pero también por una visión triunfalista de la dirigencia guerrillera.

El proyecto político “uribista”

En 1994 en una población de Antioquia se reúnen representantes de la elite intelectual, económica y política “paisa”[5] para diseñar un proyecto político de largo aliento. Más adelante se integran intelectuales surgidos de un proceso de involución de un sector de la izquierda “maoísta” radicalmente enemiga de las FARC.[6] Así se configura la ideología y el programa fundacional del proyecto “uribista”. Los puntos básicos eran: la identificación de las FARC como enemigo principal de la sociedad colombiana, la adaptación de las ideas modernizadoras aplicadas en China por Teng Siao Ping a la realidad colombiana, y la creencia absoluta en el papel predestinado de la dirigencia antioqueña para salvar y refundar a Colombia.[7] De allí surgió la tesis del “Estado comunitario”[8]. Esa fue su semilla ideológica.

Simultáneamente se desarrollan tres procesos socio-políticos que se superponen: a) aparición de movimientos cívicos locales y regionales; b) organización de hacendados y campesinos ricos para la lucha contra-insurgente, y c) resquebrajamiento de los partidos tradicionales y confluencia de seudo-intelectuales de derecha y de izquierda que se ubican en la línea de construir una “tercera vía”.[9]

Los movimientos cívicos locales y regionales

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