La reconfiguración de las relaciones económicas y políticas internacionales no siempre se dirime por los senderos de la paz, sino que precisa del conflicto y de las pugnas, incluso bélicas en mayor o menor medida, y más cuando el sistema mundial experimenta crisis y transiciones hegemónicas. Es el caso experimentado a lo largo de las últimas décadas con el declive de la hegemonía estadounidense y su propensión al expediente de la economía de guerra en aras de mantenerse a flote en lo que se perfila como una transición a una hegemonía tripolar compartida –una especie de triunvirato protagonizado por China, Estados Unidos y Rusia. De ahí que el actual conflicto que tiene como epicentro a Ucrania no es un evento residual sino uno enmarcado en procesos históricos de largo aliento, vinculados con esas disputas en torno a la hegemonía en el sistema mundial y a la misma conducción del capitalismo como modo de producción y proceso civilizatorio.
La coordenada rusa y el tablero geopolítico global:
- La dimensión geoeconómica (Descargar Texto) El objetivo geoestratégico que se juega en Ucrania –en tanto teatro de operaciones de los Estados Unidos y de la sojuzgada Unión Europea– consiste en alejar a Rusia de China, y con ello debilitar el cinturón militar/nuclear de ésta.
- La real geo politikK (Descargar Texto) Las consecuencias de esta guerra económica serán múltiples: si con la pandemia se aceleraron los riesgos de hambrunas, estos pueden aumentar con el conflicto geopolítico que tiene como epicentro a Ucrania.
- La dimensión cognitiva (Descargar Texto) La guerra cognitiva es una guerra ideológica, una guerra mediática, una guerra contra la conciencia y el discernimiento. Es una ciberguerra que aprovecha la trivialización y lapidación de la palabra en el debate público.
Autor: Isaac Enríquez Pérez. Académico en la Universidad Nacional Autónoma de México
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