Quiroga se desnuda y se descarna, y en este ritual humaniza y le da una dimensión antropomórfica, modernamente hablando, a la narrativa: muestra la grandeza y la miseria de la condición humana.
La cuentística de Quiroga está basada en un desarrollo profundísimo (sin antecedentes) del personaje. Sin embargo, este desarrollo desemboca en su propia disolución, en una mimetización del personaje con su paisaje −y he aquí uno de los elementos más modernos de esta obra−; por momentos, en lo contrario: el paisaje se vuelve una extensión muda, implacable, de la situación interna del personaje. Para Noé Jitrik hay una técnica original que pone“ entre él (el autor) y el texto la misma distancia que hay entre éste y el lector”.
Selección de Guillermo Fernández
Prólogo de Jorge González de León
Contenido:
- Quiroga: la vida desde la obra
- A la deriva
- La gallina degollada
- El almohadón de plumas
- En la noche
- Más allá
- El hombre muerto
- La insolación
Horacio Quiroga (1878-1937). Escritor uruguayo, considerado como uno de los más destacados cuentistas latinoamericanos. Con destreza narró la violencia y el horror que se esconden detrás de la aparente apacibilidad de la naturaleza.
Después de realizar sus primeros estudios en Montevideo, se marchó a Europa donde conoció a Rubén Darío, escribió sus recuerdos de esta experiencia en “Diario de viaje a París”. Más adelante, instalado en Buenos Aires publicó “Los arrecifes de coral”, poemas, cuentos y prosas líricas modernistas, le siguió “El crimen del otro”, la novela breve “Los perseguidos”, obra producto de un viaje con Leopoldo Lugones por la selva misionera, e “Historia de un amor turbio”.
En “Decálogo del perfecto cuentista”, publicado en la revista “Babel”, Quiroga estableció pautas relativas a la estructura, la tensión narrativa, la consumación de la historia y el impacto del final.
Texto original tomado de: http://www.materialdelectura.unam.mx/