Cultura y Neoliberalismo.(Descargar Libro)

cultura-y-neoliberalismo
Grimson, Alejandro.
CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

Buenos Aires. 2007.

ISBN: 978-987-1183-69-2

Descriptores Tematicos: Cultura, Neoliberalismo, Cultura popular, Hegemonía, Cultura política, Ciudadanía, Estado, Multiculturalismo, Resistencia social, América Latina

INDICE

  • Introducción 
  • Parte I. El proyecto del saber como sentido común
  • THINK TANKS, fundaciones y profesionales en la promoción de ideas (neo)liberales en América Latina
  • Instituciones clave, producción circulación de ideas (neo)liberales1 programas de ajuste estructural en Venezuela, 1989-1998
  • El banco mundial en el país de la desigualdad. Políticas y discursos neoliberales sobre diversidad cultural y educación en América Latina
  • Formas del saber. Narrativas y poderes diferenciales en el paisaje neoliberal
  • Oligarquias agrárias, o Estado e o espírito do neoliberalismo no Brasil
  • Parte II. Las culturas populares en el neoliberalismo
  • PANEM ET CIRCENSES: terapia sentimental y control social en tiempos neoliberales
  • Retrato de un lector de Paulo Coelho
  • Computador, fax, celular, Internet e outras pragas que nos assolam
  • La nación en venta: bricheros, turismo y mercado en el Perú contemporáneo
  • Parte III. La hegemonía neoliberal: consenso, conflicto y la estructuración de la oposición
  • ONGs: itinerários políticos e identitários
  • Cuerpo personal y cuerpo político Violencia, cultura y ciudadanía neoliberal
  • Chile, país ganador
  • Uma política pública voltada para a resistência ao neoliberalismo: a descentralização da cultura em Porto Alegre
  • Cultura, neoliberalismo y comunicación ciudadana: el caso de Radio Tierra en Chile
  • Escenas del multiculturalismo neoliberal. Una proyección desde el Sur 

 

Neoliberalismo es, generalmente, sinónimo de un tipo de política o modelo económico. En este libro, neoliberalismo se refiere también a la configuración sociocultural que hace posible, y que resulta de, esa forma de la economía y la política. La pregunta que recorre estos textos alude a las condiciones históricas de la imaginación social que tornaron posibles y emergieron como consecuencia de las políticas neoliberales.

El desafío consiste en realizar un análisis y balance del período que se abre en diferentes países latinoamericanos entre fines de los años ochenta e inicios de los noventa. Como configuración cultural que excede un tipo de gobierno o de política económica, el neoliberalismo incidió (e incide) en los modos en que el mundo es narrado, en los sentidos adjudicados al pasado y el futuro, en las características de los proyectos intelectuales, en las prácticas de la vida cotidiana, en la percepción y uso del espacio, en los modos de identificación y acción política.

Comprender los sentidos comunes como cultura tiene una larga tradición, a la vez que adquiere, en cada circunstancia, una implicancia política. Interrogarse por los sentidos comunes, en plural, implica no sólo preguntarse por la institución de la hegemonía, sino también por su eficacia sobre los sectores que subalterniza. El Grupo de Trabajo Cultura y Poder del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) se propuso, a través de trabajos de investigación, desnaturalizar los sentidos instituidos en nuestros países acerca de cómo debe operar e intervenir un sujeto en el escenario público, con cuáles categorías puede o debe identificarse, acerca de la relación entre lo privado, el consumo y los consensos simbólicos; acerca de los proyectos políticos y el papel de los intelectuales. 

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Italia: desde ayer un inmigrante sin papeles será considerado un delincuente

InSurGente

Inmigrante - criminalización

Desde hace pocas horas, en Italia un extranjero indocumentado es un delincuente. Entró en vigor la nueva Ley de Seguridad aprobada el mes pasado por el Parlamento, que establece normas muy restrictivas para los cinco millones de inmigrantes residentes, la mayoría regulares. Ya se produjeron los primeros arrestos -dos personas en San Remo y otros dos en Pescara- y fueron presentadas las primeras de las muchas denuncias que se están preparando. La mayor parte están siendo tramitadas en las prósperas regiones septentrionales de Italia, donde crece un clima de hostilidad, racismo y xenofobia contra los inmigrantes, sobre todo si tienen la piel oscura y provienen de países pobres.

También desde ayer, se han oficializado las rondas callejeras de patrullas ciudadanas para controlar el orden, en medio de las protestas. Auténticas bandas fascistas.

Motor de las iniciativas es la Liga Norte de Umberto Bossi, que va ganando hegemonía en las regiones ricas septentrionales: Lombardía Véneto, Piamonte, Liguria (Génova) y Friuli, aunque la influencia liguista comienza a extenderse hacia el sur, en la Emilia Romagna (Bolonia) y las Marcas (Ancona).

La Liga Norte es el principal aliado externo del partido de la Libertad del premier Silvio Berlusconi. La Liga ha impuesto medidas cada vez más duras para reducir el número de inmigrantes.

Las primeras iniciativas de hacer una ley fuertemente restrictiva de la inmigración incluían como castigo la prisión de los inmigrantes irregulares, pero las protestas aliviaron la pena hasta convertirla en multas de hasta 14 mil dólares.

Algunos países latinoamericanos expresaron su preocupación por la ley. Ecuador, que cuenta con una fuerte comunidad de trabajadores radicados en Italia, manifestó un «profundo rechazo», afirmando que «alimenta la violencia xenófoba. El gobierno de Quito dijo que responsabilizará al gobierno de Berlusconi por las agresiones que puedan sufrir los inmigrantes ecuatorianos en Italia.

Ayer, además de los dos arrestados en San Remo, dos marroquíes fueron detenidos en Pescara y se anunció que ambos serán procesados. Además de las multas, la sanción inevitable es la expulsión. En Bolonia, Milán, Turín y Génova se registraron numerosas denuncias contra inmigrantes ilegales por parte de ciudadanos italianos.

Las nuevas normas amplían hasta seis meses el tiempo de retención de los indocumentados que deban ser identificados. El extranjero que carezca de papeles en regla no podrá realizar ningún trámite en las oficinas públicas. Muchos inmigrantes asiáticos, africanos y latinoamericanos explicaron que el futuro es sombrío para sus familias: muchos niños no podrán ir a la escuela, muchos extranjeros tienen ahora miedo de ir a un hospital o a realizar un trámite por temor de resultar expulsados.

En un siglo, desde 1870, muchos millones de italianos emigraron al exterior y hoy en el mundo son más numerosos los miembros de las comunidades italianas que los 60 millones que residen en la madre patria. A la Argentina fueron tres millones de peninsulares y que 24 de los 40 millones de habitantes de nuestro país tienen al menos en parte sangre italiana. Sin embargo, sobre los argentinos caerá sin piedad todo el peso de las sanciones previstas por La ley de Seguridad.

Los italianos que alquilen viviendas a los inmigrantes irregulares corren el riesgo de ir a la cárcel entre seis meses y tres años. También será más arduo para un extranjero «extracomunitario» casarse con un o una italiana.

Ayer se cumplió un nuevo aniversario de la tragedia de Marcinelle, en Bélgica, cuando los estallidos de gas en una mina causaron en 1956 la muerte de 263 mineros, de los cuales 136 eran italianos. El presidente Giorgio Napolitano envió un mensaje en nombre de la mejor Italia, que aún es numerosa. Dijo que «la integración es un derecho fundamental y los trabajadores deben ser siempre respetados aunque no tengan documentos».

«Debemos reflexionar sobre la plena integración de los inmigrantes», señaló Napolitano. El presidente recordó a las generaciones de italianos «que vivieron el angustioso período de las migraciones de las regiones más pobres del país y afrontaron condiciones de trabajo pesadas y extremadamente riesgosas».

 

 

 

Reflexiones de Fidel: Las bases yankis y la soberanía latinoamericana

Bolivar, vigilante y ceñudo

Fidel Castro Ruz

Cuba Debate

 

El concepto de nación surgió de la suma de elementos comunes como la historia, lenguaje, cultura, costumbres, leyes, instituciones y otros factores relacionados con la vida material y espiritual de las comunidades humanas.

 

Los pueblos de la América, por cuya libertad Bolívar realizó las grandes hazañas que lo convirtieron en El Libertador, fueron llamados por él a crear, como dijo: «la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria».

 

Antonio José de Sucre libró en Ayacucho la última batalla contra el imperio que había convertido gran parte de este continente en propiedad real de la corona de España durante más de 300 años.

 

Es la misma América que decenas de años más tarde, y cuando ya había sido cercenada en parte por el naciente imperio yanki, Martí llamó Nuestra América.

 

Hay que recordar una vez más que, antes de caer en combate por la independencia de Cuba, último bastión de la colonia española en América, el 19 de mayo de 1895, horas antes de su muerte, José Martí escribió proféticamente que todo lo que había hecho y haría era para «…impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América».

 

En Estados Unidos, las 13 colonias recién liberadas no tardaron en extenderse desordenadamente hacia el Oeste en busca de tierra y oro, exterminando indígenas hasta que arribaron a las costas del Pacífico, competían los Estados agrícolas esclavistas del Sur con los Estados industriales del Norte que explotaban el trabajo asalariado, tratando de crear otros Estados para defender sus intereses económicos.

 

En 1848 arrebataron a México más del 50 por ciento de su territorio, en una guerra de conquista contra el país, militarmente débil, que los llevó a ocupar la capital e imponerle humillantes condiciones de paz. En el territorio arrebatado estaban las grandes reservas de petróleo y gas que más tarde suministrarían a Estados Unidos durante más de un siglo y lo siguen en parte suministrando.

 

El filibustero yanki William Walker, estimulado por «el destino manifiesto» que proclamó su país, desembarcó en Nicaragua en el año 1855 y se autoproclamó Presidente, hasta que fue expulsado por los nicaragüenses y otros patriotas centroamericanos en 1856.

 

Nuestro Héroe Nacional vio cómo el destino de los países latinoamericanos era destrozado por el naciente imperio de Estados Unidos.

 

Después de la muerte en combate de Martí se produjo la intervención militar en Cuba, cuando ya el ejército español estaba derrotado.

 

La Enmienda Platt, que concedía al poderoso país derecho a intervenir en la Isla, fue impuesta a Cuba.

 

La ocupación de Puerto Rico, que ha durado ya 111 años y hoy constituye el llamado «Estado Libre Asociado», que no es Estado ni es libre, fue otra de las consecuencias de aquella intervención.

 

Las peores cosas para América Latina estaban por venir, confirmando las geniales premoniciones de Martí. Ya el creciente imperio había decidido que el canal que uniría los dos océanos sería por Panamá y no por Nicaragua. El istmo de Panamá, la Corinto soñada por Bolívar como capital de la más grande República del mundo concebida por él, sería propiedad yanki.

 

Aun así, hubo peores consecuencias a lo largo del Siglo XX. Con el apoyo de las oligarquías políticas nacionales, los Estados Unidos se adueñaron después de los recursos y de la economía de los países latinoamericanos; las intervenciones se multiplicaron; las fuerzas militares y policiales cayeron bajo su égida. Las empresas transnacionales yankis se apoderaron de las producciones y servicios fundamentales, los bancos, las compañías de seguros, el comercio exterior, los ferrocarriles, barcos, almacenes, los servicios eléctricos, los telefónicos y otros, en mayor o menor grado pasaron a sus manos.

 

Es cierto que la profundidad de la desigualdad social hizo estallar la Revolución Mexicana en la segunda década del Siglo XX, que se convirtió en fuente de inspiración para otros países. La revolución hizo avanzar a México en muchas áreas. Pero el mismo imperio que ayer devoró gran parte de su territorio, hoy devora importantes recursos naturales que le restan, la fuerza de trabajo barata y hasta lo hace derramar su propia sangre.

 

El TLCAN es el más brutal acuerdo económico impuesto a un país en desarrollo. En aras de la brevedad, baste señalar que el Gobierno de Estados Unidos acaba de afirmar textualmente: «En momentos en que México ha sufrido un doble golpe, no solo por la caída de su economía sino también por los efectos del virus A H1N1, probablemente queremos tener la economía más estabilizada antes de tener una larga discusión sobre nuevas negociaciones comerciales.» Por supuesto que no se dice una sola palabra de que, como consecuencia de la guerra desatada por el tráfico de drogas, en la que México emplea 36 mil soldados, casi cuatro mil mexicanos han muerto en el 2009. El fenómeno se repite en mayor o menor grado en el resto de América Latina. La droga no solo engendra problemas graves de salud, engendra la violencia que desgarra a México y a la América Latina como consecuencia del mercado insaciable de Estados Unidos, fuente inagotable de las divisas con que se fomenta la producción de cocaína y heroína, y es el país de donde se abastecen las armas que se emplean en esa feroz y no publicitada guerra.

 

Los que mueren desde el Río Grande hasta los confines de Suramérica son latinoamericanos. De este modo, la violencia general bate récord de muertes y las víctimas sobrepasan la cifra de 100 mil por año en América Latina, engendradas fundamentalmente por las drogas y la pobreza.

 

El imperio no libra la lucha contra las drogas dentro de sus fronteras; la libra en los territorios latinoamericanos.

 

En nuestro país no se cultivan la coca ni la amapola. Luchamos con eficiencia contra los que intentan introducir drogas en nuestro país o utilizar a Cuba como tránsito, y los índices de personas que mueren a causa de la violencia se reducen cada año. No necesitamos para ello soldados yankis. La lucha contra las drogas es un pretexto para establecer bases militares en todo el hemisferio. ¿Desde cuándo los buques de la IV Flota y los aviones modernos de combate sirven para combatir las drogas?

 

El verdadero objetivo es el control de los recursos económicos, el dominio de los mercados y la lucha contra los cambios sociales. ¿Qué necesidad había de restablecer esa flota, desmovilizada al final de la Segunda Guerra Mundial, hace más de 60 años, cuando ya no existe la URSS ni la guerra fría? Los argumentos utilizados para el establecimiento de siete bases aeronavales en Colombia son un insulto a la inteligencia.

 

La historia no perdonará a los que cometen esa deslealtad contra sus pueblos, ni tampoco a los que utilizan como pretexto el ejercicio de la soberanía para cohonestar la presencia de tropas yankis. ¿A qué soberanía se refieren? ¿La conquistada por Bolívar, Sucre, San Martín, O´Higgins, Morelos, Juárez, Tiradentes, Martí? Ninguno de ellos habría aceptado jamás tan repudiable argumento para justificar la concesión de bases militares a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, un imperio más dominante, más poderoso y más universal que las coronas de la península ibérica.

 

Si como consecuencia de tales acuerdos promovidos de forma ilegal e inconstitucional por Estados Unidos cualquier gobierno de ese país utilizara esas bases, como hicieron Reagan con la guerra sucia y Bush con la de Iraq, para provocar un conflicto armado entre dos pueblos hermanos, sería una gran tragedia. Venezuela y Colombia nacieron juntos en la historia de América tras las batallas de Boyacá y Carabobo, bajo la dirección de Simón Bolívar. Las fuerzas yankis podrían promover una guerra sucia como hicieron en Nicaragua, incluso emplear soldados de otras nacionalidades entrenados por ellos y podrían atacar algún país, pero difícilmente el pueblo combativo, valiente y patriótico de Colombia se deje arrastrar a la guerra contra un pueblo hermano como el de Venezuela.

 

Se equivocan los imperialistas si subestiman igualmente a los demás pueblos de América Latina. Ninguno estará de acuerdo con las bases militares yankis, ninguno dejará de ser solidario con cualquier pueblo latinoamericano agredido por el imperialismo.

 

Martí admiraba extraordinariamente a Bolívar y no se equivocó cuando dijo: «…así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo… calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía(…).».